Empezamos nuestra aventura en Oporto, no es una ciudad muy grande y es muy bonita para verla mientras das un paseo y contemplas cada una de sus fachadas, sus rinconcitos, y ves atardecer mientras caminas.
Uno de los lugares más emblemáticos de esta ciudad es un puente de hierro que une Oporto con Vila Nova sobre el que pasa el tranvía, en el que no pude resistirme hacer alguna que otra foto, sus vistas desde allí son increíbles! Para bajar del puente podéis hacerlo andando o bien en telesférico, por sólo tres euros cada tramo.
Otro sitio que nos conquistó de esta ciudad fue la Librería Lello, situada en el centro historico de la ciudad, una de las librerias más bonitas del mundo. Esta librería es muy conocida porque sus escaleras fueron la inspiración de las escaleras de Hogwarts en los libros de Harry Potter.
Una parada asegurada si queréis conocer más sobre la historia de esta ciudad es la torre de los clérigos, esta es la torre más alta de Portugal, tiene 76 metros de altura y más de 200 escalones. Si llegais hasta arriba las vistas os aseguro que no os defraudaran!
Nuestra segunda parada fue Belém, sin duda mi sitio favorito de este viaje. Según llegamos nos recibieron con las manos abiertas en la pastelería donde íbamos a encontrar los pasteles más ricos de Portugal, deciros que andeis con cuidado cuando entréis a ella que yo me perdí según entre por la puerta y no se como acabe metida en la cocina jajajaja.
El monasterio de los Jerónimos nos dejó con la boca abierta desde que entramos hasta que salimos de él, este monasterio se construyó para celebrar el regreso de la India de Vasco de Gama. Su ubicación no es cosa del azar, este está situado donde se encontraba la Ermida do Restelo, iglesia donde Vasco de Gama y su tripulación pasaban sus horas rezando antes de iniciar su viaje.
Continuamos en Bélem y lo siguiente que visitamos fue la torre, esta se encuentra situada en la desembocadura del río Tajo y está constituida por cinco pisos.
En un principio fue construida como torre defensiva pero tiempo más tarde paso a ser una prisión, un faro y finalmente un centro de recaudación de impuestos para ingresar a la ciudad.
Si podeis visitarla con un guía es más que recomendable, la historia que esconden esas paredes no os dejará indiferente a ninguno.
Y pasamos a la última parada, Lisboa, no tengo palabras para describir lo que te transmite el buen ambiente que hay en esta ciudad. Desde ese tranvía que recorre sus calles,cada monumento, sus puentes, hasta su gente.
No os vayáis sin desayunar unas tostadas con mantequilla, parece una tontería pero la mantequilla de allí es genial!
Disfrutad de este increíble viaje como si fuese vuestro, Ruth.