sábado, 20 de agosto de 2016

Poesía VII.


Yo conocí a una chica
de esas que escuchan a Andrés
hasta quedarse dormidas,
de esas que fuman
hasta quebrar su voz,
de esas que beben
hasta llegar a olvidar,
y no olvidan...

 Yo conocí a una chica
que era canción de Diego,
poema de Neruda,
un cuadro de Van Gogh. 

Yo conocí a una chica
que paseaba sola,
que cantaba en la ducha
y lloraba  en el último bar.

Yo conocí a una chica
que era poesía
en todas sus dimensiones.
Que era poema
y además de ello
musa y poeta.

Yo conocí a una chica
que sangraba y llenaba mares,
lloraba y llenaba oceanos. 
Pero llovía
-joder cuando llovía-
y llenaba el mundo.

Yo conocí a una chica
que tenía más arte
que el Prado, el Louvre
y Orsay juntos.

Yo conocí a una chica
que inspiraba más
que la Gioconda,  Venus
y la maja desnuda. 

Yo conocí una chica
que te hacía volar con tenerla cerca,
te hechizaba con mirarte a los ojos
y te hacía temblar al rozar con ella.

Yo conocí a una chica
y esa chica
eras tú.


1 comentario:

  1. Es que este poema es muchísimo. Tienes una forma tan bonita de hacer magia.

    ResponderEliminar