domingo, 5 de febrero de 2017

Poesía VIII

Odio la gente que no se para a pensar en los problemas,
que viven cada momento como si se fuese a acabar la vida en ese mismo instante,
que siempre sonríen y no les importa nada salvo su felicidad.
Si, odio a esa gente porque me gustaría tantísimo ser como ellos.

Ojalá yo pudiese vivir la vida sin miedo a arriesgar,
ojalá no se repitiesen en mi cabeza todos y cada uno de mis errores,
ojalá no escuchase los gritos,
ojalá tantas cosas no existiesen.

Hoy el despertador ha vuelto a gritarme que actué,
he borrado los 'quizás' de mi vida
y me he dado cuenta de que si quiero empiezo a poder,
he buscado en este desorden la salida.

Que no voy a dispararme,
esta vez no.
No voy a abrir una más de mis heridas,
voy a dejar de contar los daños en marcas,
voy a actuar para cambiarlo.

No quiero enterrar mis propios sueños por miedo a no ser.
No quiero perder las ganas de sonreír,
no quiero ser yo quien pierda esta lucha,
un pulso interminable.
con la vida.

Porque estoy cansada de naufragios,
que no me llevan a ningún lado.

Voy a aprender a ser feliz, joder.
Porque el regalo más bonito que puedo llegar a hacerme
es quererme
como nunca va a hacerlo nadie.



1 comentario: